Danza solar

A menudo es el entorno del Sol que gira, pero a veces, aunque raramente, es el Sol entero. Cuando así ocurre, el giro no se inicia nunca desde el centro del Sol, sinó que siempre es precedido por un punto que parece girar alrededor de su periferia, para propagarse después hacia su interior, ya sea de forma gradual o abruptamente.

El viernes por la tarde alrededor de las 19 horas, me dirigía con mi coche a casa de mis padres. El Sol estaba a punto de ponerse y se mostraba completamente de un color rojo, sin ningún brillo. Yo lo miraba de vez en cuando mientras conducía.

En un instante lo vi girar durante un segundo en un sentido y al segundo siguiente girar en el otro sentido inverso. Traté de ver qué efecto ejercían los ejercicios físicos durante la observación del sol: la tensión muscular estática, balanceo lateral y antero-posterior la cabeza, la rotación de la cabeza, giros rápidos de la barbilla a la derecha y luego a la izquierda. Ninguno de estos ejercicios dieron resultados positivos, sinó más bien al contrario, parecían perturbar la experiencia.

A mi, por contra, me apetecía balancear mi cuerpo al ritmo de un segundo hacia cada lado, es decir, en sincronización con el Sol, con una amplitud balanceo bastante pequeña de unos 15 a 20 centímetros a cada lado del eje del cuerpo. En ese momento sentí un efecto muy agradable con este ejercicio y los movimientos de rotación del Sol parecían acompasados con mis movimientos.

Raymond R.

Después de observar la salida del Sol durante un minuto, vi un punto brillante en su periferia. Entonces me balanceé con la parte superior de mi cuerpo, a un segundo por cada lado, acompasado con el punto de concentración que se movía alrededor del Sol.

Cuando se paró, me fijé en un punto rojo que giraba al lado del Sol. Me pareció que se oscurecía, después se volvía de color blanco, luego rojo. Alrededor aparecían como unas nubosidades. Una aureola blanca giraba en la periferia del Sol, lo que provocaba como una ráfagas de Sol. Entonces vi una media luna de color rojo que apareció al lado del Sol, se balanceó y desapareció por la parte superior del Sol. Aparecieron cinco manchas rojas espaciadas entre sí, aproximadamente del tamaño de una pelota de fútbol, luego sentí un silbido en los oídos. Tenía la impresión de estar relacionado con el «exterior» y que una voz quería hablar conmigo. Me olvidé de decir que durante un ejercicio realizado en el ocaso, vi a su alrededor una gran luz amarilla que aparecía en la cresta de la montaña a intervalos de un segundo, a una gran distancia; había también una luz que me pareció de un color rojizo y ascendió a unos dos metros de altura. Estos son ejercicios formidables y siento que el Sol me fortalece mentalmente.

André M.

FENÓMENOS DESCONOCIDOS:
LAS MARAVILLAS ESTELARES

Practico ejercicios de balanceos del punto de concentración desde hace relativamente poco tiempo y el vocabulario para describir mis sensaciones se me hace a veces un poco escaso. Así que trataré de expresarme lo más claramente posible. Estaba oscuro fuera, pero dentro había una claridad opaca que me permitía identificar el contorno de los objetos. Por la ventana podía ver las estrellas y, en particular, el brillo de una de ellas, la más grande. Al cabo de aproximadamente una hora, alcancé a ver unos puntos brillantes que se movían por dentro de la habitación. Observé la cortina de gasa que se balanceaba ligeramente e inmediatamente atribuí los puntos en movimiento a esas ondulaciones .

De hecho, los puntos se movían más y más y la cortina estaba en perfecta quietud. Cerré los ojos para eliminar estas visiones pero cuando los abrí, las «sombras» estaban ahora encima de la cama. Dirigí mis ojos otra vez hacia la estrella, que me pareció, a través de la cortina de gasa, tener la forma de una cruz de brazos extendidos y con un círculo en el centro. No me hubiese sorprendido, si después de la breve observación no hubiese visto brillar un punto de luz en el techo de la habitación. El punto brillante no se parecía en nada a un fosfeno. Era similar al punto de concentración que aparece en mi mente durante loe ejercicios de concentración pero al mismo tiempo podía verlo sobre las paredes o sobre el techo mientras se mantenía en mi campo visual. Las formas que se movían por la habitación estaban ahora muy cerca de mí. Violentos escalofríos recorrieron mi cuerpo, sin que los pudiese controlar.
Entonces hice esta oración en silencio: si sois almas errantes, si buscáis el camino de la verdad, si aspiráis a vivir en la Luz de Dios, mirad esta luz del techo, símbolo de lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande, y encontraréis el camino hacia él. Inmediatamente, el punto comenzó a girar en espiral hacia mi, mientras crecía. Me atravesó una Luz fosforescente que me produjo una intensa felicidad. Tuve la impresión que mi cuerpo flotaba en el vacío por encima de la cama. (…) Entonces reviví el pensamiento de luz que me había inundado. Pronto sentí la necesidad de cerrar los ojos. No fue una voz interior quien me lo dijo sino que provenía de esos espíritus, quienes me sugirieron cerrar los ojos.

Richard S.

28 de agosto a las 21:30 Me encontraba en el jardín, sentado en una silla plegable. El cielo estrellado era azul y yo estaba haciendo un ejercicio de concentración: elevé chispas de luz desde el perineo subiendo por la columna vertebral hacia la cabeza; después una luz amarilla llegó a la parte superior del pecho, entonces las chispas salieron de la parte superior de la cabeza y se propagaron a través del cosmos en un gran círculo. Mientras estaba haciendo este ejercicio, mi mirada estaba fija en el cielo azul estrellado. Cuando las chispas se esparcieron por el cosmos, una estrella se desprendió del cielo, a mi izquierda, y vino en mi dirección, es decir, se colocó delante de mí, pero lejos de mí. La estrella explotó proporcionando una gran variedad de colores: verde, rosa y amarillo, formando un círculo de un diámetro de unos tres metros. Era la primera vez en mi vida que veía una cosa así. Me hizo muy feliz y mi impresión en aquel momento, era como si me pidiesen que trabajara con el cosmos.

André.

Observaba una estrella, una hermosa estrella. Rápidamente me di cuenta que era diferente de las demás. Parecía brillar especialmente y mantenía mis ojos fijos. De repente, pareció acercarse a mí para después volver a su posición inicial a un ritmo muy especial (no puedo describir el fenómeno con mayor precisión). Dejé la observación cuando se presentó mucho más grande, dándome la extraña sensación de acercarse a la tierra de manera espectacular y muy rápidamente.

Joseph S.

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